Bueno, pues hace unos días decidí ir desde Zamora hasta Salamanca en bici. Nada nuevo bajo el sol, aunque esta vez por la ruta del Camino de Santiago (al revés) y después de haber estado lloviendo toda la noche anterior.
"La tierra estará dura y así la bici agarrará mejor" Dije cuando se me ocurrió la idea.
Pues bien, agarrar se agarró mucho barro a la bici y a mi, para acompañarme durante todo el trayecto, no fuera a sentirme solo entre la llanura. En un trayecto que fue de 75 km, durante más de 40 km fui observando el mismo trozo de barro sobre la maneta izquierda... así de divertido fue el viaje.
Las ruedas no serán las mejores del mercado, ni mucho menos, pero están lejos de ser unas ruedas de andar por casa. Dependiendo del terreno sobre el que fuera avanzando, tenía que bajar de la bici para quitar el barro que se acumulaba en la horquilla y que no me dejaba avanzar. Me hubiera gustado ver como se desenvuelven las FatBikes en estas circunstancias, al fin y al cabo es para lo que están pensadas, junto arena y nieve.
Y aquí en la estación de servicio final, dándole un buen lavado a presión. Si bien es cierto, ya no "luce" tanto barro, que se fue quedando por el camino en los últimos kilómetros, ya próximo a Salamanca. A unos 3 o 4 kilómetros de la ciudad se pasa al asfalto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario